Risas y liebres

Estaba yo en la oficina trabajando...bastante duro.Alcé mi vista dos o tres veces hacia el frente en casi dos horas,casi con la única razón de relajar mi vista de la pantalla del pc,que me estaba haciendo sufrir mucho los ojos.No percibí nada en el ambiente que me sonara extraño,nada que me impidiese continuar mi monótono y tedioso tecleo.Todo estaba en silencio.Todo el mundo estaba a lo suyo,tanto los que trabajaban como los que hacían creer que trabajaban.Silencio.
Entonces una compañera se acercó a mi mesa y me entregó unas facturas.Siempre esta guapa.Guapisima.Me entrega facturas que llegan en la correspondencia todas las mañanas a eso de las once.Eses segundos le dedico mi mejor sonrisa,la que uso para decirle que esta como un queso sin decirlo.La que me sale,para enseñarle mis cartas otro dia más,y para que sepa,de nuevo,que una mujer casada como ella y un hombre comprometido como yo,si no pecamos,es porque ella...no quiere.
Esta vez se le cayeron dos facturas al suelo.No pude evitar reirme.Ella me correspondió con otra sonrisa.Que lenguaje más extraño el del cortejo.Parecíamos dos ardillas de las montañas suizas al irse las heladas.Se agachó para coger las facturas y la perdí de vista bajo mi mesa.


En ese momento algo me mordió el tobillo.¡Ay!-grité-¿Que es esto?.Arrimé la silla hacia atrás,y cual fue mi sorpresa que en lugar de mi compañera estaba una liebre.Una liebre azul,gorda,muy peluda y de largas orejas.Me volvió a morder y me levanté sobresaltado.Al momento comprobé como la liebre salió corriendo por la oficina y se metió bajo las mesas de mis demas compañeros.
La siguiente víctima fue la chica de la reserva de salas.A ella tambien la mordió la liebre.Sus gritos fueron suficientes para saberlo.Lo peor era que no le mordió la misma que la mia.Toda la oficina se estaba llenando de liebres.No sabia de donde venian,parecían multiplicarse.Algunos compañeros gritaban,otros se subian a las sillas,la mayoria se reían,había muchas risas,y dos o tres, misteriosamente, seguían currando.