Tributos en la noche ( II ) : La séptima!!!

Siempre fuí madridista desde pequeñajo. Los colores blancos en el uniforme del equipo madrileño es algo que me hizo vibrar desde no me acuerdo cuando. Recuerdo que con cuatro años o cinco mi abuelo me sentaba en sus rodillas y hacíamos quinielas, y me enseñaba el as, y veia con el los resúmenes de los partidos. Ahí nació mi afición al fútbol. Pero mi abuelo no era muy madridista, el era del Pontevedra, igual que mi padre, porque nacieron en un pueblo de cerca y los granates tuvieron su epoca gloriosa en primera.
Yo creo que me hice del “Madrí” porque cuando tenia apenas cinco años empezaba a arrasar en la liga con jugadores como Butragueño, Hugo Sánchez y Michel, y el bombo que tenia ese equipo junto con la generación de futbolistas que tenia hacia que me derritiera por ese escudo. Vale que el hecho de que mi padre sea simpatizante del Madrid es algo que ayuda, y mucho, pero no lo suficiente. Recuerdo de pequeño tener banderines, posters, y una bandera enorme con el escudo que tuve los santos huevos de llevar a Balaídos en pleno Celta-R.Madrid. El Madrid de aquella época metia goleadas con suma facilidad y nos ganaron por (1-5), pero yo agitaba mi bandera blanca como un cosaco, y un señor junto a mis padres me acuerdo que me echo una pirula, y me dijo que era una vergüenza animar al Madrid cuando al Celta le estaban dando una paliza. Evidentemente, hasta años más tarde no eres consciente de esas palabras, y no entiendes cómo puede alguien preferir al débil que al poderoso. Porque ahora lo entendemos todos ¿no?. Claro que sí.
A medida que fuí cumpliendo años mi devoción por el R.Madrid fué quedando en un segundo plano provocada por mi preferencia por el Celta. Como es evidente, es el equipo de mi ciudad y un hermano siempre estará antes que un primo.
El R.Madrid una vez comenzó la década de los 90 sufrió un bajón en resultados y en atractivo de juego.Ya no ganaba tantas ligas, y ya no era invencible. Ya no lo volvió a ser. Yo aunque ya no fuera aquel devoto del equipo que habia sido, siempre habia tenido una espina clavada que todo merengón que se precie tuvo muchos muchos años: la copa de Europa .
Desde 1966 el Madrí no ganaba esta competición, cosa que escocía más aun sabiendo que habia sido el gran dominador del continente. En los larguísimos 32 años que pasaron hasta 1998 todo fue fracasos en esta competición, y algunos monumentales como los vividos en los años 80, cuando un equipo con las estrellas nombradas antes no llegaba nunca a levantar la copa. Ay, aquella noche en Eindhoven......
Pero se abrió un claro entre las nubes el citado año 1998. La temporada de liga habia sido nefasta, y un equipo ramplón y solamente concentrado en la Copa de Europa no pasó del cuarto lugar en la liga. Su entrenador era Jupp Heynckens, un alemán con aspecto de guiri tostado por el sol, rojo como un tomate e introvertido con la prensa.
Tampoco vamos a decir que la temporada prometía mucho. La primera ronda nos deshicimos de Oporto, Rosemborg y Olimpiakos. Fácil. Después llegaron los cuartos, donde ya era una rutina que cayésemos, pero no, el equipo fue superior al Bayer Leverkusen alemán, y tras empatar a un gol en Alemania goleó (3-0), en Madrid.
Casi sin darnos cuenta estábamos entre los cuatro primeros, y la tensión ya era grande.
Este Real Madrid era un equipo bien armado, tenia a Mijatovic, Suker, Seedorf, Redondo, Roberto Carlos, Raul, Hierro...bien compensado en sus líneas, y moldeado por un Capello que lo habia hecho campeon de liga el año anterior. Su carencia era la falta de banquillo.
Las semifinales fueron superadas ante el Borussia Dortmund, con un (2-0) en casa y un (0-0) en Alemania con un Redondo que hizo uno de los pocos partidos de 10 que se le han visto a un futbolista nunca.
Y por fin la final!! El Ámsterdam Arena de Holanda iba a ser testigo de la finalísima que enfrentaba esa noche de Mayo a los blancos contra la Juventus italiana.
Los transalpinos eran claros favoritos, no en vano tenian ante si su tercera final consecutiva, y podian presumir de tener en sus filas a Zidane, Del Piero o Davids, tres de los mejores del mundo en ese momento.
Recuerdo los nervios de ese día, era el día que podía ocurrir, podíamos ser campeones por fin después de tantas decepciones, sólo faltaba un paso. Muy difícil, pero un paso.
Estas fueron las alineaciones de este dia histórico:

Real Madrid: Illgner; Panucci, Hierro, Sanchis, Roberto Carlos; Karembeu, Seedorf, Redondo, Raúl (Amavisca m.47); Morientes (Jaime m.84) y Mijatovic (Suker m.88).

Juventus: Peruzzi; Torricelli, Montero, Iuliano, Pessotto; Di Livio (Tacchinardi m.46), Deschamps (Conte m.79), Zidane, Davids, Del Piero e Inzaghi.

Mi padre y yo vivimos con mucha tensión la primera parte, donde los azurri atacaron con mucho más peligro y crearon ocasiones muy claras. La prensa catalana habia publicado en sus portadas ese dia titulares despectivos hacia el Madrid , los jugadores del Barça habian manifestado en su mayoría su preferencia por la Juve, y hasta un hombre de muy poca personalidad y de muy poca clase, Joan Gaspart, afirmó como vicepresidente que era entonces, que estaría celebrando el triunfo italiano si así se da.
Entendereis que esto tanto a mi padre como a mi nos hacia todavía vivir con más pasión el choque,....sobre todo cuando llegó el momentazo: Redondo aprovecha un corte en ataque de la juve, y habilita a Panucci que centra al borde del área, un central italiano despeja mal , llega R Carlos como una exhalación, chuta desde la frontal, el balón da en un defensa , y queda muerto a pies de Peruzzi vencido, la coje Mijatovic, esquiva al guardameta , y con sangre fría , destreza y un toque de varita mágica se convirtió en el elegido para acomodar el balón en el fondo de las mallas. Era el delirio, el delirio, el Madrid habia marcado, quedaban unos 19 minutos, eternos, pero íbamos por delante!!
Los minutos que pasaron de ahi al final , imagino que como en casi toda ESPAÑA, no miro para Catalunya, fueron un sinvivir, estabamos mi padre y yo a un metro del televisor, mordiendo yo un cojín, mordiendo mi padre las uñas, hasta deshacer los dedos, sufriendo, conteniendo la respiración...hasta que Helmut Krug , el colegiado alemán, pitó el final del partido. Rompí a llorar con todas mis fuerzas, estaba llorando de alegría, era increíble, mi padre lloraba tambien , y mi madre, mi padre decia algo así como “hijos de p....catalanes”, “joderos”, yo no podía pensar, sólo sentir ese momento, el R.Madrid campeon de Europa. Creía que jamás iba a vivir ese momento, creí que sólo los héroes del blanco y negro lo vivirían, y al final era verdad.....Sanchis recibió la copa a manos de Leonard Johanssen, y rompí a llorar otra vez...daba igual, un dia es un dia.
Luego llegarían dos copas más muy pronto, pero como aquella nunca más, aquella fue, amigos, la séptima, la soñada.